El Director Ejecutivo de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA) Alfredo Paseyro indicó que está asegurada la semilla para la próxima zafra de cultivos de verano.
Finalizó con éxito la cosecha de las 430 mil ha destinadas a semillas fiscalizadas de soja, maíz, girasol y sorgo distribuidas en 10 provincias. El sector ocupó durante la pandemia a más de 10 mil trabajadores que realizaron su actividad esencial en el marco del aislamiento social promovido por el gobierno nacional. Del total de las hectáreas sembradas casi el 82% corresponden a soja, 12% a maíz que en su totalidad es con riego, 3% a girasol y 1,7% a sorgo.
Alfredo Paseyro aseguró que “Esta actividad esencial nos pone en el compromiso ante el sector productivo de garantizar que haya semilla en cantidad y calidad” y que “Desde el sector estamos orgullosos de poder concluir con la tarea realizada de recoger las semillas necesarias para emplear en las próximas campañas, principalmente de granos gruesos y hasta hortalizas, cuando otras actividades económicas y comerciales están totalmente paralizadas atento a la cuarentena vigente desde el 20 de marzo pasado”.
El proceso de funcionamiento fue normal, se pudo hacer la cosecha, el proceso, el transporte, el acopio y todas las actividades correspondientes, además, todos los trabajadores de la cosecha pudieron volver a sus provincias. Es fundamental entender que la semilla es el primer eslabón de la seguridad alimentaria.
El proceso de producción de semilla es más complejo que el de producción de granos, fundamentalmente los cuidados son más exhaustivos, el raleo de plantas fuera de tipo es de gran importancia y en el caso de los cultivares híbridos la siembra del parental "macho" y parental "hembra", las hileras correspondientes, los respectivos cuidados de "capado" o control de floración es de vital importancia en la calidad de la semilla y demandan una mayor densidad de mano de obra.
Otro punto destacado por los directivos de ASA fue la concreción sin mayores problemas de la exportación de semillas de maíz a Estados Unidos, un negocio que la Argentina realiza en contraestación desde hace muchos años y es una fuente de ingresos al país de un producto elaborado con calidad comprobada.