El informe presentado por la FAO resalta que el índice de precios de los alimentos sube por segundo mes consecutivo
El índice de precios de los alimentos de la FAO es una medida de la variación mensual de los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios. Consiste en el promedio de los índices de precios de cinco grupos de productos básicos ponderado con arreglo a las cuotas medias de exportación de cada uno de los grupos durante el período 2014-16. En un artículo especial publicado en el número de junio de 2020 de Perspectivas alimentarias se presentan la revisión del período de referencia para el cálculo del índice y la ampliación de su cobertura de precios, puestas en práctica a partir de julio de 2020. Los antecedentes técnicos relativos a la formulación anterior del índice se publicaron en un artículo en noviembre de 2013.
El índice de precios de los alimentos de la FAO* registró un promedio de 94,2 puntos en julio de 2020, es decir, 1,1 puntos (un 1,2 %) más que en junio. Tras aumentar por segundo mes consecutivo, el valor de julio se encuentra cerca de un 1 punto (un 1 %) por encima del nivel registrado en el mismo mes del año pasado. Al igual que en junio, las nuevas alzas en los precios de los aceites vegetales, los productos lácteos y el azúcar contrarrestaron la disminución de los precios en los mercados de carne en un contexto de estabilidad general del valor del índice de precios de los cereales.
» El índice de precios de los cereales de la FAO se situó en un promedio de 96,9 puntos en julio, prácticamente sin variación respecto de junio y 0,4 puntos (un 0,4 %) más que en el mismo mes del año pasado. Entre los principales cereales, los precios del trigo sufrieron pocas variaciones en términos intermensuales, mientras que los precios del maíz y del sorgo registraron aumentos pronunciados y los del arroz disminuyeron. En los mercados de trigo, pese a la debilitación del dólar de los EE.UU. y a la preocupación acerca de las perspectivas sobre la producción en Europa, la región del Mar Negro y la Argentina, la escasa actividad comercial y las expectativas iniciales de una fuerte recuperación de la producción en Australia mantuvieron el valor medio de julio en torno al mismo nivel que el mes anterior, casi un 2 % más alto que en julio de 2019. Si bien los precios de la cebada también se mantuvieron estables, en julio las cotizaciones para la exportación tanto del sorgo como del maíz registraron fuertes incrementos, del 5,8 % y el 3,7 %, respectivamente, respecto de junio (un 14 % y un 10,4 % respecto de julio de 2019). Si bien la repentina subida de los precios del sorgo y el maíz se debió fundamentalmente a las recientes compras importantes de ambos cereales por parte de China a los Estados Unidos de América, también la favorecieron las preocupaciones ante las condiciones meteorológicas y la caída del dólar de los EE.UU. Por el contrario, las perspectivas de cosechas abundantes en 2020 y la escasa actividad en los mercados hicieron descender los precios internacionales del arroz hasta su nivel más bajo en cuatro meses, a pesar de la renovada inquietud por las dificultades logísticas ocasionadas por la enfermedad por coronavirus (COVID?19).
» El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO registró un promedio de 93,2 puntos en julio, lo cual representa un aumento de 6,6 puntos (un 7,6 %) desde junio y el nivel más elevado en cinco meses. Esta continua fortaleza del índice refleja principalmente la subida de los valores de los aceites de palma, soja y colza. Las cotizaciones internacionales del aceite de palma subieron por segundo mes consecutivo en julio, fundamentalmente a causa de las perspectivas de una disminución de la producción en los principales países productores debido a inundaciones localizadas resultantes de las intensas precipitaciones. La demanda mundial de importaciones, mayor de lo previsto, y la persistente preocupación por la escasez de mano de obra migrante en Malasia empujaron nuevamente al alza los precios del aceite de palma. Los precios internacionales del aceite de soja también aumentaron notablemente, principalmente debido a la creciente escasez de la oferta en el Brasil, uno de los mayores exportadores de aceite de soja del mundo. Los valores del aceite de colza fueron sostenidos por la renovada demanda en la Unión Europea, tanto del sector del biodiésel como del sector alimentario.
» El índice de precios de los productos lácteos de la FAO se situó en julio en un promedio de 101,8 puntos, esto es, 3,5 puntos (un 3,5 %) más que en junio. Las cotizaciones de todos los productos lácteos representados en el índice subieron en julio, llevando el valor general 0,7 puntos (un 0,7 %) por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado y por primera vez por encima del nivel previo a la pandemia. Las cotizaciones de las leches en polvo, especialmente de la leche entera en polvo, subieron debido a la fuerte demanda de importaciones por parte de compradores asiáticos unida a cierta preocupación acerca del volumen final de disponibilidades exportables en Oceanía en la campaña de producción de 2020/21. En tanto, aunque se mantuvieron por debajo de los niveles previos a la pandemia, las cotizaciones de la mantequilla y el queso siguieron aumentando, sostenidas por la solidez de la demanda de importaciones sumada al descenso estacional de los suministros para la exportación y al aumento constante de la demanda interna en Europa.
» El índice de precios de la carne de la FAO registró en julio un promedio de 93,0 puntos, esto es, 1,7 puntos (un 1,8 %) menos que en junio y 9,4 puntos (un 9,2 %) por debajo de su nivel en el mismo mes del año pasado. Las cotizaciones de las carnes de cerdo y bovino disminuyeron en julio, ya que el volumen de la demanda mundial de importaciones se mantuvo por debajo de las disponibilidades exportables, a pesar de las perturbaciones ocasionadas por el coronavirus en las actividades de matanza, elaboración y exportación en las principales regiones exportadoras. Las cotizaciones de la carne de aves de corral registraron una recuperación tras cinco meses de descensos consecutivos, en gran medida a raíz de la reducción de la producción en el Brasil, provocada por los elevados costos de los piensos y las preocupaciones suscitadas por las perspectivas sobre la demanda futura. Tras el pronunciado aumento de junio, los precios de la carne de ovino aumentaron tan solo ligeramente en julio, como consecuencia de una demanda más moderada.
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