En la región sur de Sudamérica desde hace unos años se ha instalando un nuevo cultivo de invierno que está siendo atractivo para los productores, se trata de la Brassica carinata o Mostaza Etíope conocida como nombre vulgar.

La carinata es un cultivo con ciclo productivo en el invierno en esta región, el cual puede ser sembrado desde mayo hasta julio dependiendo de la localidad y cosechado entre octubre y diciembre. Es una muy buena opción para las rotaciones de cultivos de invierno y cortar con el ciclo de las gramineas en ese momento. Además, presenta muy buenas bondades de aereación de suelo, corta con el ciclo de enfermedades y patógenos que puede ser ocacionado por producir graminea tras graminea y abre una opción de negocio muy interesante.

Es un cultivo oleaginoso que se utiliza fundamentalmente para la producción sostenible de biocombustibles, pero además, puede producir aceite no comestible y harina proteica para la alimentación animal. Por lo tanto, es una fuente de diversas oportunidades que los productores pueden tener al momento de decidir su negocio.

Según el informe del Sistema Nacional Argentino de Vigilancia y Monitoreo de Plagas (SINAVIMO) los requerimientos nutricionales de este cultivo son similares a los de Colza. Los niveles de nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K) y azufre (S) en el suelo, no deben ser limitantes el desarrollo y así alcanzar sus máximos potenciales de rendimiento. Es una especie que se crece mejor en suelos bien drenados y con pH relativamente neutro (5,5 a 6,5)

En Uruguay y Argentina ya existen varias experiencias productivas en estos últimos años las cuales llevan a que sea un cultivo que en la medida que los productores se adapten y adquieran la tecnología puede generar muy buenos negocios a futuro.